Palabras por el mundo

martes, 27 de marzo de 2012

MADRE TIERRA


MADRE TIERRA, a ti hoy me encomiendo en estos tiempos de locura, en los que el mundo se ha vuelto idiota. Se han olvidado de ti, de tu bondad y enseñanzas. Se han olvidado de tus principios y han comenzado una caza de brujas. En este mundo loco ha comenzado una guerra con dos grupos. Grupos absurdos en los que parece que estás obligado a combatir.
Yo me niego. Me niego porque tengo sentido, porque aún recuerdo otros tiempos. Tiempos de convivencia contigo.


Recuerdo los primeros hombres de la Tierra. Esos a los que tú dejaste campar en libertad. Esos mismos a los que diste de comer de tus entrañas y de todo lo que campase por ti. Cereales, verduras, frutas y carnes. Carnes que con respeto se comían. Eran el sacrificio que tú hacías para poder vernos, para tenernos dentro de tu seno.
Recuerdo también a las tribus que con tributos de sangre te pagaban. Un homenaje a tu persona, a tu deidad, porque abandonaban así su alimento para mostrarte su cariño. Recuerdo a las tribus indias. Esas con plumas en las cabezas, esas que respetaban tu presencia y hacían que cualquier majar, fuese animal o planta, no cayese en el olvido, sino que fuese el sacrificio de mantenerse vivos.

Recuerdo a las gentes que, en épocas de no tanta escasez, celebraban la matanza como una fiesta. La fiesta de la vida, porque ese animal muerto serviría de alimento para toda una larga temporada. Una temporada en la que no tendrían que preocuparse por el agua que cayese del cielo.
Pero parece que lo que yo recuerdo ha caído en saco roto, que este mundo lo ha olvidado. Cierto es que con tu cuerpo han hecho negocio, ahora venden a tus hijos por monedas sucias. Monedas que engordan los bolsillos de los que ya están bastante gordos; ya no de cuerpo, sino de peso. Peso de dinero que ha corrompido sus almas. Pero también es cierto que muchos utilizan tu nombre en vano, intentando incendiar una sociedad que ya está en llamas. Estos se hacen pasar por súbditos tuyos, pero la verdad es que no se dan cuenta de que lo único que hacen es incendiar corazones, separar a una raza que ya se separa por sí sola en luchas absurdas. Unos te olvidan por beneficio, otros te olvidan por… porque se olvidan del pasado. Y en medio me encuentro yo, intentado hacer lo que tú nos pediste. Vivir, vivir por respeto a ti y a nosotros mismos. Vivir con lo que tú nos das, respetando siempre el límite de lo lógico y permitido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario