Palabras por el mundo

lunes, 20 de octubre de 2014

Reflexión



                Para todos los que se sienten JODIDOS. Es decir, TODOS. Porque hoy en día. Bien sea por H o por B. Todos tenemos nuestros problemas.  Para ellos les dedico estas palabras. Que como bien sabéis no son ley. Únicamente son fruto de una observación obsesiva por mi gran fascinación, el mundo.

Un  mundo que  nos devora. Primero con ese vacío que es la muerte. Esa sensación de que día a día debemos sobrevivir. Superar a nuestro propio cuerpo e entorno para poder seguir vivos un día más. Algo que al principio no hacemos solos, sino con la ayuda de nuestros padres. Quien nos cuidan y nos atienden.  Y aunque poco a poco nuestra dependencia es menor. El concepto de sobrevivir sigue presente. De hecho, nunca nos abandona.

Un  mundo que nos devora. Una vez intentamos despegar de nuestro nido. Nos encontramos con un mundo hostil. Un mundo en donde todas las personas, conocidas o desconocidas pasan a ser enemigos. Rivales a batir. Bien sea por nuestro espacio, nuestro trabajo o por la oportunidad de acceder a  él.

Un  mundo que nos devora. Nos amarga con su compañero, el tiempo. Ese que poco a poco se acumula en nuestras espaldas. Cargándonos el peso de los años. Eses, que año a año pesan más y más. Haciendo que nuestros cuerpos se arruguen, nuestros huesos se deshagan y nuestros órganos se vuelvan más vagos, menos funcionales.
Un mundo que a priori, es cruel con nuestra existencia. Un mundo que deberíamos odiar. Un mundo, que si fuésemos justos con él, lo debíamos destruir. Aplacar en él toda nuestra ira, desahogarnos con su dolor. Un mundo que nada nos da y que todo nos lo quita.
Pero como bien sabéis, la justicia no es muy efectiva. Solo es un baremo. Una vara de medir, como se dice en mi pueblo. Una amante esquiva que nos sorprende algunos días y que otros nos encandila… y como sabréis también lo justo, se queda corto.

 Por eso quiero que diseccionéis el mundo. Que lo formuléis y lo reformuléis. Que una vez encontrada su ecuación. Esa, en donde vosotros estéis presentes. Podáis despejar todas sus incógnitas. Y una vez despejadas.  Las desgloséis. Hagáis, no una lista de pros y contras. Sino sólo una lista de pros.  Y sólo y únicamente os quedéis con ellos. Porque sólo ese lado de la vida os hará levantaros día sí y día también. Porque solo vivimos de lo bueno, pues lo malo nos amarga. Y la amargura es el ácido del alma. Un ácido tan potente que no solo quema sino que destruye. Y como todos sabéis, un cuerpo sin alma. Solo es eso, un cuerpo. Un autómata más que a lo único que puede aspirar es a despedirse de este mundo. Sin más pena que gloria.

Y vosotros, amantes de la vida, de la arte, de la cultura, de lo bello, del vivir. Debéis recoger gloria, alegría, belleza… irse de este mundo con el mejor de sus pedazos. Con la mejor de las sonrisas. Siendo así testigo e imagen de la superación. Demostrándole a este mundo que nos devora. Que la genialidad humana no es efímera, sino fruto de la adaptación y la superación.  

martes, 14 de octubre de 2014

Sonrío




Sonrío, vuelvo a soñar.
El mañana no es amargo
Ni tampoco un ligero esperar.


El presente está ahí
Delante de mí.
Sólo he de cogerlo
No he dejarlo escapar.


El sudor de mis palabras
Serán fruto de temporada.
La calidez de mis palabras
Simiente de un porvenir.


Ahora toca sonreír.
Ahora toca golpear
Con mi mirada.
Hacer soñar de nuevo
Retomar el vuelo.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Pensar en pequeño



El pensamiento pequeño
 Me pone en mi lugar.
Los saltos grandes han de llegar.
Acompañados de mil saltitos más.

El filtro de mis ojos
Esos, que son de loco.
No me ayudan a ver
La realidad.
No me ayudan a ver
Con claridad.

Pues la vida suena tímida
Cuando pierde ritmo
Cuando quiere detenerse.

Pensando en pequeño
Porque a grande nadie gana.
Salvo fortuna, inesperada.

Ahora toca remar.
Dejar de soñar.
Acompañar mis palabras
Con alientos de ánimo.
Pensar en pequeño.
Y no dejar escapar
La oportunidad.