Palabras por el mundo

jueves, 30 de agosto de 2012

NOCHE CALUROSA, LUJURIOSA, PASIONAL Y ERÓTICA.


Un sueño perturbador apareció en medio de la noche. Sudores no fríos invadieron mi caluroso cuerpo. La cama, recipiente normalmente complaciente se volvió de repente enemigo. La lucha fue fratricida. El cuerpo peleaba con la cama, mi mente. Mi mente libraba otra batalla.

En la calurosa noche se apareció un caluroso cuerpo. Su sabor a sal envenenaba mi mente, que poco a poco se dejaba llevar. Su cuerpo sudoroso se volvía resbaladizo, difícil de agarrar, difícil de sostener. Cada curva de ese hermoso cuerpo era un nuevo latir para un corazón colerizado por la pasión. Las caricias potentes narcóticos para un alma que no se sabía sostener por ella sola.   Se derrumbaba con cada poderoso beso del cuerpo desnudo y desconocido, que ante mi estaba. No existía localización, no existía nada a mi alrededor. Y si a algo me tenía que sostener era al cuerpo desnudo. Cuerpo que en el fragor de la batalla, aceleraba cada uno de sus movimientos. Buscando complacer, buscando complacerme. Mis ojos no veían, no sabían, ni querían saber. Sólo disfrutaba, y aunque me preguntaba; ¿Quién eres? ¿Qué quieres?

Las respuestas no aparecían, y la duda daba paso al remordimiento. Un remordimiento que era aplacado 
con más movimiento. A cada duda, a cada pausa un nuevo sentimiento, un nuevo pinchazo al alma. El cuerpo desnudo no quería tregua, no quería paz, ni sentimientos de culpa. Si yo me detenía, me aferraba a la razón. Ella se encolerizaba, sin darme media palabra. Pero sin dudar me mostraba su fuerza. Sus caricias complacientes, sus piernas poderosas enroscaban mi cintura. Locura de pasión, pasión perra que estuvo guardada en un cajón. Y que el cuerpo desnudo sacó a la luz. Pasión perra que quemaba mi alma, que desorientaba mi ser que consumía mi razón. ¿Cuerpo desnudo qué quieres? ¿Por qué a mi te aferras? ¿Por qué condenas mi alma?

Cuerpo desnudo que no responde, solo juega. Su juego es claro, sencillo y muy bien conocido. El cuerpo desnudo no tiene fin, lucha insaciable y eso me gusta. Rival digno para un digno competidor. Esta batalla la conozco, la he vivido ya. Será fruto del recuerdo, será un momento vivido que ha vuelto a salir a la luz. ¿Qué eres? ¿Por qué te aparece en la calurosa noche?

El cuerpo desnudo no tiene voz, sólo gemidos. Sus uñas me destrozan la espalda. Sus dientes,  salvajes cuchillas se agolpan en mi cuello. Te noto en mis rodillas, pero sé que esto no lo quieres terminar. No sé quien eres, pero si sé que eres una guerrera. Luchas sin tregua, la noche trascurre calurosa, lujuriosa y no te detienes. Quieres ser la vencedora, pero en este juego no hay vencedores, sólo vendidos. Porque cuando abandones mis brazos, no sabré tu nombre, no sabré cual es tu rostro, ni sabré cual es el motivo de tal lucha.

Y la noche torna a su fin. El despertador suena y sigo sin saber, quien era la guerrera. El cuerpo desnudo que golpeó mi alma, quebró mi cabeza y se encadenó al sueño de mi cama.   

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