Palabras por el mundo

martes, 8 de mayo de 2012

TERESA Y JAVIER- RECUERDOS


                Teresa y Javier vuelven a casa cansados, ha sido un día duro. Vienen de la boda del primo de Javier. Y todo el mundo sabe como son estas celebraciones. Al llegar a casa, se quitan esas ropas caras y se ponen el pijama. Ya no tienen hambre y lo único que quieren es echarse en cama a descansar.
Ya en cama.

 Javier apaga la luz, besa a Teresa y le dice. – “Buenas noches amor mio, descansa”. Teresa besa a Javier y se hace el silencio.  Javier rápidamente se queda dormido.
Pero entre el silencio Teresa piensa. Recuerda la ceremonia, recuerda el algo que le ha sorprendido. Ese algo es el video que pusieron con fotos del primo de Javier y su mujer. En él se cuenta como los dos se conocieron, como surgió la chispa del amor.

Teresa piensa. Piensa que si algún día Dios lo quiere, ella y Javier se cansaran. Entonces alguien les preguntará como surgió el amor, cuando se conocieron… ¿Qué les diré?

Así es como Teresa se transporta al recuerdo. Recuerdo que la lleva a la primera vez que vio a Javier.
Tenía trece años cuando conocí a Javier. Fue el los recreativos, estaba ahí con unas amigas. Que resulta que una de ellas estaba saliendo con un amigo de Javier. Si lo pienso un poco Javier casi ni mi habló, ni casi me miró. Es más en esa época no lo veía ni como un chico. Lo veía más como un niño. Si que fue agradable, pero claro. Él estaba pendiente de hacer tonterías con sus amigos.  Nada, esto no serviría.

¿El primer beso con Javier? Si lo recuerdo. Fue en el verano de los 16. Empezaba a salir con mis amigas de noche. Eran las fiestas del pueblo, y me gustaba un chico de clase. Recuerdo que esa noche me lacé a decírselo. Pero él pasó de mí. Y tonta de mí, me puse a llorar. Recuerdo como Javier me encontró en el portal, llorando a moco tendido. Me puso su chaqueta y se quedó hablando conmigo. Recuerdo que me hizo sonreír. La verdad es que me sentí mejor. Y no sé, tal vez lo hizo para que me sintiese mejor, pero me besó. Ese fue nuestro primer beso, y yo pensando en estar con otro. Nada, esto tampoco servirá.

¿La primera noche que la pasamos juntos? Eso fue cuando tenía 20 años… Fue en el festival aquel de música. En aquella tienda de campaña cutre. No por dios… eso no vale la pena ni recordarlo.  Y el primer “te quiero”. Javier siempre me dice que fue hace dos años, cuando estaba yo dormida. Pero claro, estaba dormida. Yo que sé si fue verdad. Menudo desastre de historia de amor.

Con esta idea en la cabeza Teresa se queda dormida. Y pasan las horas, hasta que llega la hora de despertar, desayunar y comenzar de nuevo otro día más. Ahora están los dos en la cocina. Preparando el desayuno. Teresa está sería no ha dormido bien. Pero Javier está reluciente y sonriente.

Javier le pasa el zumo de naranja a Teresa, y le dice:
-         Tere, sabes que soñé ayer a la noche.

Teresa le responde un no con la cabeza. Y Javier prosigue.
-          Pues soñé con el momento exacto que me di cuenta que lo nuestro era amor.

Teresa cambia su gesto, y más atenta que nunca escucha.
-          ¿Recuerdas aquella tarde de domingo,  que estábamos viendo la televisión, aunque no pusiesen nada interesante? Pues resulta que en ese momento. Yo me di cuenta, que  eras capaz de hacer que lo más cotidiano del mundo, lo más aburrido. Fuera para mi, uno de los momentos más especiales.

Teresa sonrió y se sintió aliviada. Gracias a Javier se había dado cuenta. Que lo más importante no era tener una historia de amor para el recuerdo, sino poder disfrutar del amor día a día.  

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