Palabras por el mundo

domingo, 6 de mayo de 2012

LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE


Todo el mundo ha sido niño alguna vez. Yo no soy la excepción, también he sido niño. Un niño como otro más, jugaba, veía la televisión, iba al colegio… Era un niño más de este mundo. Pero el niño fue creciendo, recogiendo prioridades en esta vida, aficiones y pasiones. Y mi pasión pienso que todos la conocéis, la literatura.

Tanto sea escribir, como leer siempre me han gustado. Bueno, siempre, siempre… ¿Qué se lo pregunten a mi mamá? Y es que tengo que admitir que siempre fui algo vago. Constante con lo que me gusta, pero vago para aquello que no me ilusiona. Es ahí donde entra el cariño de una mamá, la mía. No sé si recordáis esos cuadernillos que había antes. Los cuadernos “Santillana”, esos que nos daban a los niños en verano, para mantener nuestras mentes despiertas. Pues no sabéis cuantos de esos me he comido. No es que fueran lo peor. Pero mi mamá siempre me decía que me vendrían bien. Así que no me quedaba otra, a hacer ejercicios en verano.

Pero he de confesar que siempre arrastré una lacra en mí, las faltas de ortografía. Los que me leéis a diario podéis comprobar de buena mano como a menudo se me escapa alguna. La culpa es mía y sólo mía. Que sepáis que mi mamá, me intentó corregir lo mejor posible. Horas se pasaba conmigo. Dictados, ejercicios, lecturas… Estoy seguro que por su esfuerzo no ha sido.
Pero bueno ahí es donde quiero llegar. Mi madre fue la primera persona que me presentó un libro. Fue ella quién me enseñó el arte de la literatura. El principito,  El guardián entre el centeno, Las leyendas de Becquer…. Un sinfín de libros que levantaron en mí, la curiosidad de esta bella arte. Ella nunca me impuso un libro, nunca. Me presentaba un abanico de libros del cual, yo elegía uno.

¿Ahora entendéis el título? Con 12 o 13 años llegó a mis manos. Sí, esa fantástica novela de Camilo José Cela. Lo recuerdo perfectamente, con tapas blancas y título en negro: La familia de Pascual Duarte. Para los que no lo habéis leído. Esta novela trata sobre un elemento llamado Pascual. Un hombre de campo, bruto, fuerte y de muy malos modales. El libro cuenta sus peripecias y viajes. Y ahí donde él estuviese siembra el caos, la muerte. Es fantástico, personajes oscuros, mal hablados y con un sentido del humor retorcido. Un libro que me encantó, me enamoró cada una de sus historias. Recuerdo que no lo solté, se puede decir que casi lo leí del tirón. Era fantástico, mejor aún que la televisión. Y puede que no fuese la mejor lectura para un menor. Pero para mí, fue la puerta a un mundo nuevo, el mundo de lo escrito.  Recuerdo que abrió en mí la puerta a un mundo sin cesuras e ataduras. Un mundo en donde uno podía dejar volar su mente.

Y así años después me encuentro aquí. Escribiendo para vosotros, contándoos esta historia. Considero que nada de esto sería posible sin mi mamá y su constancia. Y como no, por libros como La familia de Pascual Duarte. Por eso hoy le doy hoy las gracias a ambos. Y quiero que sepan que siempre los llevaré conmigo.



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