Palabras por el mundo

martes, 21 de febrero de 2012

¿POR QUÉ EL ALMA NO SE PUEDE QUEMAR?


Mi alma y yo tenemos el placer de comunicarnos. Juntos formamos un tándem, una pareja inseparable. Ella  me habla y yo… yo lo transcribo, le doy sentido con palabras. A este resultado le llamo poesía.
Poesía resultado de la comunicación entra alma y poeta. Sentimientos, miedos y preocupaciones. Pasiones en
una sola palabra.
Pero cierto es, así es como yo me comunico con mi alma. Dejo que ella  me hable y yo tan solo escribo lo que ella  me dicta.
¿Cómo sé que el alma  me habla?
Porque cuando ella  habla, yo me vacío. No pienso sólo disfruto e escucho. Mi mente no funciona, y si funciona es a mínimos. Sé que el alma me habla, lo noto. Noto como todo se para. Ya no existe el tiempo. Lo noto y noto como el respirar ya no es igual. Como… como en mí existe algo superior que me impulsa, que me hace percibir con más claridad, asta el más oculto de mis pensamientos.
Mi alma y yo somos uno. Estamos unidos y siento como parte de mí es ella. Como parte de ella soy yo. Sé también que cuando me disgusto mi alma que es más sensible se duele por mí. Pero su dolor siempre es más intenso que el mio propio. Y es por eso que muchas veces, lo odio.  El comunicarme con mi alma, hace que el dolor sea aún mayor,  más intenso. Más doloroso aún si cabe.
Es por eso que con mi alma lo pago. Por eso pienso en quemarla, en partirla en dos, o en mil pedazos si pudiera.
Pero el alma es superior a mí. Ella  es nuestra esencia, nuestro espíritu, nuestro origen. Y aunque quisiésemos jamás lo destruiríamos, sin destruirnos a nosotros mismos.
Por ello, yo cuido mi alma, le mimo y con ella me comunico. Porque al igual que más fuerte es el dolor. Más fuerte con ella es la Felicidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario