Palabras por el mundo

viernes, 10 de febrero de 2012

EL TREN



VIERNES:

Como otro viernes más, tomo el tren.  El destino el mismo de siempre,  tus brazos. Lleno de alegría, impaciente por encontrarte.


Miro por su ventanilla y escucho el zumbar de su motor, el crujir de las vías. Pero ya no pienso en nada más, que no seas tú. Porque cuando en este tren me monto. Sé, sinceramente que el tiempo en el que la distancia nos separa, torna a su fin.  Porque cuando en este tren me siento, sólo pienso en recuperar las caricias perdidas. Porque mi vida, aunque la fortaleza de nuestro corazón supera a la distancia. Mi mente goza con sólo pensar en tu compañía.   

Por eso cuando en este tren me siento. Ya no busco palabras que expresen sentimientos. Sólo quiero que pase el tiempo, que nuestros cuerpos se unan una vez más. Volvernos encontrar, sentir juntos un amor que es imposible de expresar.


DOMINGO:


En el tren me encuentro. Ahora no ya no es día, es noche. El destino… el destino ya no es tus brazos. Es la soledad de mi hogar. La alegría se torna en melancolía. Es hora de marchar.

Por su ventanilla ya no hay nada que mirar. El exterior se lo comió la noche. El interior… el interior esta lleno de desconocidos, de sombras que me acompañan. Al igual que compañía me hace el traqueteo. Traqueteo que moldea mi alma vacía. Traqueteo que confunde mi mente perdida.

Así que, resignado miro la pantalla de información. Cuentos las paradas para llegar a mi destino. Con la única intención de aparcar mi cuerpo en casa. Comenzar la semana y esperar que el tiempo pase. 

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