Palabras por el mundo

miércoles, 7 de agosto de 2013

Camino a la Felicidad. Capitulo III.



Camino a la Felicidad
Capitulo III

En esta sociedad de consumo. Cuidamos nuestra imagen como si fuese casi un culto. Medimos cada milímetro del cuerpo, cuidamos hasta el más mínimo detalle de cada prenda que usamos. Buscamos un “estilo” que nos defina. Algo que nos haga diferentes, únicos e especiales.
Usamos ropa, complementos y calzados para cada ocasión. Todo tiene un tiempo, un momento y un lugar. Premiamos el tacto de la tela, su originalidad o su puntualidad. E incluso medimos el conjunto con una base científico-económica.
Personalmente, odio vestirme. Llevo ropa por no ir desnudo. Siempre consideré, que aquel que a mi lado se acerque nunca lo hará por ver un príncipe azul, un gentelman o un dandy. Lo hará por que valorará algo más que lo que sus ojos ven.
Pero sé que os preguntareis: ¿Qué tiene que ver esto, con el camino a la Felicidad? Existe un complemento que nunca pasa de moda, no entiende de temporadas, luce más y mejor que ninguna joya. Y combina con todo, la sonrisa.
Cuando sonreímos tensamos los músculos de la cara, pero destensamos el alma. Llenamos el vacío de la tristeza, ahogas nuestros miedos. La sonrisa no solo libera tensión. Sino que produce endorfinas. Lo que reduce el dolor físico y mental. Y nos proporciona el deseado bienestar.
Sonreír puede ser el mejor ejercicio diario. Basta con sonreír unos minutos al espejo, dejar que nuestra casa se acostumbre y ¡paf!  Se hace la magia.
 Sonreír nos ayuda a conquistar el mundo y al mundo. Como es sabido, una sonrisa suele ser devuelta con otra sonrisa. La alegría es algo contagioso. Beneficioso no exclusivamente para el que  sonríe sino también para quien lo rodea.

Es por eso mis amigos. Pongáis la ropa que os pongáis. Acudáis al evento que acudáis. Sonreír, lucir esa hermosa mueca de felicidad. Pues ese complemento os ayudará a hacer más placentero este camino a la felicidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario