Palabras por el mundo

jueves, 14 de febrero de 2013

CREATIVIDAD


Un montón de cabezas. Tanto que decir, tanto que pensar. La gente que es, o quiere ser creativa. Pone empeño en lo que hace. Busca sorprendernos, busca sorprenderse. Innovar de alguna manera. Contarnos algo de forma distinta, enseñarnos algo que ellos saben o pretenden saber.

Somos fruto del pasado. Vemos, oímos, leemos… pero siempre sobre algo que ya ha pasado. Siempre la visión de otra persona. Cuando buscamos “innovar”, de alguna manera estamos versionando algo ya existente. En mi caso, la poesía. Busco acercar emociones, sentimientos experimentados, miedos superados. Aunque personalmente es algo nuevo, para  otras personas es algo, que ya han experimentado o lo están a experimentar.

Eso hace que no sea nada nuevo, que no sea original o nada innovador. Es más, miles de poetas en el mundo ya hablaron de ello antes. Ya fueron capaces de expresar ese sentimiento, miedo o frustración. E incluso fueron capaces de transmitirlo mejor.

Pero por qué seguir. En mi caso está más que claro. Yo no busco la fama, el reconocimiento o hacer de esto una fortuna. Yo he venido a pasármelo bien. A disfrutar escribiendo, a sentirme auto realizado.  Porque uno no es feliz por ciencia infusa, sino porque busca ser feliz. Es por eso, que aunque sepa que soy la versión de la versión. Aunque sepa que mis versos no son los más penetrantes  del mundo. Mi mente quiere, desea escribir. Busco sonreírle a la vida y lo más importante, no rendirme. He venido a pasármelo bien.

Y mi gran consejo es:
 “Gente creativa del mundo, versionad. Escribir desde vuestros adentros, buscar la felicidad, transmitir la felicidad. Realizar esto, con el mayor de vuestro cariño.  Porque aunque miles de personas ya lo dijesen. Lo que hacéis,  ¡Es vuestro y de nadie más! El talento no se mide con fama, sino por la intensidad de aquel que lo intenta.”



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