Palabras por el mundo

martes, 13 de noviembre de 2012

TERESA Y JAVIER: WASSAP


El mundo desde que es mundo cambia. Evoluciona por nuevos caminos. Y la humanidad igual. El lenguaje aunque con palabras, ya no es el mismo que antaño. De las palabras sonoras a las palabras escritas. Las cartas al principio eran la manera de expresar nuestros sentimientos y mensajes a nuestros seres queridos y lejanos. Luego el lenguaje se volvió sonoro. Primero con el telégrafo y después con la invención del teléfono. Este teléfono cada vez se volvió más pequeño y ligero permitiéndonos llevarlo a cualquier sitio. Pero después apareció internet y volvió de nuevo el mensaje escrito. Y ahora una mezcla fantástica de estas dos tecnologías fantásticas. ¿Fantásticas? Esa es la duda.   Pues aunque prácticas para unas cosas, para otras no tanto. He aquí el ejemplo perfecto. Una nueva historia de Teresa y Javier.

Nos encontramos e una maña de otoño de este año. Lluviosa y fría mañana. Javier se  encuentra en casa. Hoy no trabaja, tiene el día libre. Está tirado en el sofá y en la televisión no ponen nada. Decide molestar a Teresa, le manda un wassap. Una foto absurda de el mismo poniendo caras. Teresa contesta con una sonrisa. Javier envalentonado decide enviarle una más acompañada de un corazón. Teresa tarda en contestar, pero es normal. Está en el trabajo.

Javier deja el móvil en la mesa y sigue viendo la televisión. Se aburre aún más, no ponen nada. Así que decide darse una ducha e ir desayunar al bar. 

Teresa desde la oficina le contesta al segundo mensaje: “Javi cariño, como te aburres…. XD ve hacer la compra. Acuérdate de comprar champú, gel y algo para cenar”.  Teresa es ahora quien espera la contestación de Javier, pero esta no llega. Teresa mira el móvil por segunda vez, comprueba el doble clip. Y se queda preguntado;
-         
¿ Por qué no contesta? Sé que el mensaje le ha llegado. Le enviaré otro para que se ponga las pilas. Teresa escribe:
“Deja de hacer el vago… que nos conocemos. Ve al supermercado si después no me quieres oir” (carita seria)

Javier no contesta y van pasando las horas. Es normal que Javier no conteste. Ha dejado el móvil en casa. Ahora está en el bar desayunando y hablando con los vecinos. Está tan entretenido, que en ningún momento hecha de menos el móvil. Pero el tiempo pasa, así que decide subir a casa.
Al subir a casa mira el móvil y lee el mensaje de Teresa. Javier se da cuenta del tiempo que pasó y contesta tan rápido que el mensaje es casi ilegible.

“ tranqui, ya lo cmpro todo ahora…. Es que…estaba liado” (carita sonriente y un corazón)
Teresa empieza a pensar. ¿Qué demonios estaría a hacer este gandul? Y rápidamente le envía el mensaje.

“Javier que nos conocemos. Qué estuviste haciendo? Te parecerá bonito? Yo trabajando y tú tocándote las bolas” .  A Teresa le parece gracioso. Lo hace para meterse con Javier. Sabe que hoy es su día libre y que como mucho Javier iría tomar algo al bar.

Javier contesta; “hoy es mi día libre y hago lo que quiero. Tú en tus días libres no haces nada, vaga” (carita enfadad).  

Este último mensaje cabrea a Teresa que decide contestarle;  “Muy bien. Haz lo que quieras. Yo ya te dije lo suficiente… eres lo suficientemente mayor para saber lo que tienes que hacer.

Javier se queda pensativo en casa. Repasa cada palabra de los wassaps enviados por Teresa.  Y se da cuenta de la compra. Así que decide ir al supermercado a comprar. Las horas fueron pasando y el turno de Teresa terminó. Javier piensa que Teresa vendrá cabreada, así que decide hacerle una cena especial. 
Piensa que ese gesto puede reducir el cabreo de Teresa.

Teresa llega a casa. Viene cargada con bolsas de supermecado. Ella, también hizo la compra. Javier al verlo, sonríe.

Teresa le pregunta por qué sonríe. Y Javier le responde, que él ya ha hecho la compra. Teresa no sonríe y discuten un poco. Pero todo cambia cuando llega a la cocina y ve la cena que Javier le ha preparado.
Y es que parece mentira. Pero los supuestos mensajes, que no deberían ayudar a estar más cerca de las personas que queremos. Muchas veces, nos separa aún más de ellos. Porque no existe, ni existirá la conversación perfecta. Las palabras aunque sinceras, son muchas veces juguetonas e incluso burlonas. Nos llevan por caminos equivocados. Y mucho peor son las palabras escritas. Pues algunas veces, carecen del alma del comunicador. Así que puedo decir; que la mejor comunicación siempre será. La de cara a cara. 

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