Palabras por el mundo

jueves, 26 de enero de 2012

FELICIDAD/ TIEMPO

Con gran frecuencia experimento ese agradable sentimiento al que llamamos felicidad. No soy el hombre más feliz de mundo, ni tampoco mi vida es la más apasionante. Vivo, vivo como muchas personas de este mundo, sin lujo pero con sueños. Sueños que son eso, sueños. Ilusiones que dentro de mi ser están llamadas a cumplirse. No son prioritarios en mi día a día, pero hacen que esta vida no carezca de sentido. 

Pero hoy, no hablaré de mi. Sino de lo que mis ojos ven. Ojos que se inflaman con la angustia de los demás.
Pues amigos, puedo ver como la gente se consume, se olvida de vivir. Amargándose con el tiempo, tiempo que es tiempo y nada más. Dicen que el tiempo se pierde, yo no lo veo así.


 Hace poco, yo tenía... tenía cinco años y me encontraba jugando en la alfombra del comedor. Jugaba con mis juguetes, veía la televisión, compartía sonrisas con la gente que me vio crecer... Ahora juego con las palabras, afeito barba.... Y veo que el tiempo no se perdió, que simplemente pasó. El tiempo pasa, nuestras vidas se consumen, pero no veo que el tiempo se pierda sino que transcurre. Porque amigos, eso es lo que hace el tiempo, transcurrir. Recorre su cauce como un río. Su camino la horas y minutos. Su compañero los segundos. 


Olvidaros pues de vuestro temor al tiempo.  Pues él se dedica a transcurrir paralelo a vuestras vidas. Él no es quien os frena a conseguir vuestros sueños. Sino que es un mero observador, os mira desde su camino nada mas. 

Pero la desdicha humana no termina aquí, existen más miedos. Miedos que consumen nuestras vidas y con ellas, nuestra felicidad. Hoy me detendré aquí, para mañana tener más que decir. Porque no quiero que leyendo esto sintáis que vuestro tiempo se esta perdiendo. 

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