Palabras por el mundo

jueves, 6 de diciembre de 2012

NACIDO EN EL 36


            
     Normalmente invento mis personajes para los relatos. Suelen ser fruto de mi imaginación y un poco de mi locura. Pero hoy no voy a narrar la historia de un personaje ficticio. Hoy os voy a contar una historia 100% real, sin aditivo ninguno. Sólo la pura y sólida realidad.

Corría el 6 de diciembre de 1936. En una fría aldea de la provincia de Lugo, nacía Luis. Era el segundo de los hijos de un matrimonio de la zona. Y aunque acabarían siendo cinco hermanos, yo me centraré en él. Pues Luis será el protagonista de esta historia. Historia que narrará su propia vida. Como he dicho antes eran cinco hermanos. Tres varones y dos mujeres. Luis era el segundo de sus hijos y el segundo varón más viejo. Pero aunque veáis muchos “segundos”. Luis nunca fue un segundón, sino todo lo contrario. Siempre fue protagonista.

Fue criado en el seno de una familia del rural gallego. Sus padres humildes, le formaron con una educción moderna para la época. Pues en su casa, tanto hombres como mujeres ayudaban en las tareas del hogar por igual. No existía diferencia entre hombres y mujeres.   Su madre le enseñó “las cuatro reglas” (escribir, leer, sumar, restar y multiplicar) eso antes de ir al colegio.

Luis siempre tuvo afán de protagonismo. Risueño y muy familiar decidió buscarse la vida, ayudar en la economía familiar y realizar su propia historia. A los 14 años sin casi levantar un palmo del suelo, decidió buscar trabajo.

 Su primer intento fue en la construcción de carreteras. Allí ayudó a tomar medidas. Él dice que fue por su carisma y valentía. Pero yo sigo pensando que el encargado de obra lo vio demasiado pequeño como para ponerlo a trabajar, como un obrero más. En su aventura laboral recorrió un montón de oficios. Desde trabajar en la mina, a trabajar en un astillero (sin tener conocimiento del trabajo) hasta trabajar de encargado de la forestal. Fue en ese trabajo, cuando conoció a su mujer. Todo el mundo cuenta que tenía mucho éxito con las mujeres. Decían que nunca le faltó una para un baile. Él mismo dice que nunca se enamoró,  que el amor no estaba hecho para él. Pero sé que lo dice con la boca pequeña. Pues ya van 50 años de casados y yo sé que cada día la quiere más.

En ese trabajo de encargado decide (retado por algún miembro de la cuadrilla) presentarse a la guardia civil.  Muchos piensan que no lo conseguirá. Las pruebas físicas son duras y para las pruebas escritas se ha de saber mucho. Pero esto no acobarda a Luis. Quien decidido, decide conseguirlo y lo consigue. Este trabajo será su último trabajo. Pero no penséis mal, Luis cumple con éxito su vida laboral como guardia civil. Como dice él, su pistola era un mero adorno, en su uniforme. Y después del servicio prestado vive su jubilación.   

Sé que esta historia no os cuenta nada. Pero Luis es mi abuelo. Un valiente que se buscó la vida sin miedo a vivirla, sin miedo a equivocarse. Como dice siempre: “Esta vida es de valientes”. Él fue siempre un valiente. Vivió su vida sin miedo. Intentó todo para conseguir poder vivir bien y feliz. Y hoy cumple años, vive feliz rodeado de la gente que lo quiere. Se siente enérgico y sigue siendo tan risueño como cuando era un chicuelo. Es por eso, para celebrar que está a mi lado. Para celebrar que lo recuerdo, lo admiro y lo tengo como ejemplo.  Por eso, que escribo esta breve e insípida historia sobre él. Porque hoy más que nunca, me siento orgulloso que él sea mi abuelo. De conocer un poquito de su historia y de poder compartirla con vosotros.  

FELICIDADES ABUELO!! 

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