Cuenta la leyenda que este mundo existió un hombre. No nos
importará su nombre, ni tampoco su edad, ni mucho menos su rostro. Pues este
era el hombre vacío.
El hombre vacío cantaba saetas de soledad, esta era su única
arte. Lo hacía bastante bien y con ello se ganaba la vida. Pero solo se
encontraba, vacío él estaba.
El hombre vacío caminaba solo por su camino. Pero él hablaba
con alguien. Cuando le preguntaban con quien hablaba. Él respondía que con su
compañera Soledad. Había que reconocer, que siempre tuvo sentido del
humor.
El hombre vacío lloraba en silencio. Pues no quería ser escuchado
por los demás. Esto le hacía sentirse débil y no quería ser un estorbo.
El hombre vacío tapaba huecos ajenos, así no se sentía tan
solo. Asaltaba solteras con gran
facilidad, esto le permitía acampar en camas ajenas con gran regularidad.
El hombre vacío un día murió. A nadie le extrañó.
Ahora es cuando entra la leyenda. Seas hombre o mujer, si alguna vez viste al hombre vacío o a alguno
de sus hermanos en la tierra. Esos hombres y mujeres que se comportan como este
hombre vacío. Háblales, muéstrales un mínimo de atención. Se amable con ellos y
muéstrales un poco de cariño. Porque si no, en el fondo de tu corazón comenzarás a albergar el espíritu
del hombre vacío.
Me gustó mucho la leyenda del Hombre vacío pero me da mucho miedo
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