Palabras por el mundo

miércoles, 17 de diciembre de 2014

el umbral del silencio



Escuché demasiadas veces
Tus palabras.
Las aprecié y mimé.
Ni las mías propias tanto cuidé.

No te deseo el silencio.
Pero mis oídos, ya no te escucharan.
Ya no tienes su atención.

No te deseo el silencio.
Pero mi mente, permanecerá inexistente.
Ya no memorizaré tus cuentos.

No te deseo el silencio.
Pero mi boca, no será tu extensión.
Ya no seré tu mensajero.

Se terminó tu colegio.
Ya no eres profesor.
Ni mucho menos mentor.

Es hora, mi hora.
Y ahora ya lo sé.
Tus palabras no buscaban
Ni regalarme el cielo.
Ni acercarme al éxito.

Eran espejismos de tus momentos.
Eran tu ego, puesto en  presente.
Para que siguiese vivo.

Palabras que conmigo no tenían sentido.
Palabras que no buscaban centrarme.
Solo quería dar vida a momento pasados.
Que tú disfrutaste
Que tú saboreaste.

Ahora es mi hora.
El momento de quemarme vivo.
De desgarrarme el alma.
De destruirme y reconstruirme.

Y que el Dios del cielo lo sepa.
Que no te guardo rencor.
Pero ahora, si hay un silencio.
Será aún más apreciado
Que cualquier consejo
Que por tu boca salga.

Y si al final de esta historia me equivoco.
Que Dios me perdone.
Pues este es mi momento.

Y estas palabras, mi lamento. 

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