Y si pudiera cubrir tu cuerpo con flores. Hacer que solo
conocieses lo bueno, lo hermoso, lo cálido y placentero. Conseguir que por tu
mente nunca recorriese lo negativo. En ese caso amor mío, no sería yo lo
dañino. No sería el culpable de privarte la vida en vida.
Por eso mi amor, no pienso cubrirte de rosas. No pienso
privarte de vivir. Sino todo lo contrario. Te enseñaré el mundo tal y como es.
Te enseñaré toda su gama de colores. Podrás apreciar todos los sentimientos que
el tiempo te pueda regalar. Porque no pienso privarte de la suerte de vivir. Te
enseñaré lo que mis ojos ven, te diré lo que mi alma siente y te explicaré con fuerza lo que mi cabeza
piensa. Es decir mi tesoro, no solo
evitaré que pierdas tu vida con engaños y promesas incumplidas, sino que te
regalaré la mía.
Y es que este amor, a veces es confuso e incluso injusto.
Nos engaña con la felicidad del momento, nos ciega el juicio y nos esconde el
verdadero mundo. Y mi vida, no es que este mundo sea horrible. Pero a veces
guarda pequeñas lagunas de oscuridad, en las que si caemos nos podemos ahogar.
Ya sabes amor mío, que esta vida es de valientes, y de valientes está el
cementerio lleno. Pero también sabes que
una cosa es ser valiente y otra estúpido. Por eso no permitiré que nuestro amor
nos haga débiles a los ojos del caprichoso dios del cielo. No permitiré que nos
consuma la estupidez y que nos ahoguemos en donde antes hacíamos pie. Ahora
somos dos, y juntos caminaremos por el mundo. Juntos aprenderemos, nos
equivocaremos, dudaremos y volveremos a empezar. Haremos de nuestra unión una
fortaleza. Una fortaleza construida con amor y confianza. Una que será lo
suficiente fuerte como para cobijarnos los dos. Y así será. Cuando uno caiga y
pruebe el duro suelo, el otro lo recogerá. Cuando uno se pierda en la oscuridad
de la duda, el otro le servirá de guía.
Y no te prometo solo un cielo, un paraíso en la tierra. Sino todo lo contrario,
una tierra que pisar. Una vida que vivir, y un cielo que observar.
Por eso mi vida mi mayor regalo no será adornar tu cuerpo. Por
eso mi regalo no será adorarte como una diosa caprichosa. Sino que será
ofrécete la estabilidad y fortaleza que ofrece un ser amado. Seré el encargado
de estar contigo en lo bueno y lo malo. Seré el encargado de enseñarte nuevos caminos
y acompañarte en ellos. Seré la fortaleza en tus días de tristeza. Seré el
consuelo en días vacíos. Seré lo que debo ser, tu hombre, tu amado.
me encanta, sobre todo la primera frase. brutal. imagen bella, poética y preciosa.
ResponderEliminartienes razón, tendemos a embellecer el mundo, a idealizarlo, a crear falsas imágenes. y no nos damos cuenta de que el mundo es bello precisamente porque tiene cosas feas.
tesigo:)
Gracias! gracias por el comentario. Y sobre todo, GRacias otra vez por participar en blog
ResponderEliminar(((((((((((((())))))))))))))))
ResponderEliminar