El año que termina, nos dice “Adiós”. Se despide de nosotros, con ese lento pasar de
las horas. Para formar parte del
recuerdo. Ser ese digito mágico, que nos guiará en el juego de recordar. Pero yo,
Loco soñador. A la vida le debo una
sonrisa. Así que nunca le diré adiós entre lágrimas de tristeza.
Ahora lo recordaré con fuerza. Lo
recordaré con ilusión. Lo recordaré con el cariño, del año transcurrido. Y aunque
no me pondré la mejor de las galas para despedirlo. Lo despediré con mi mejor
de las sonrisas. Porque en él, yo fui feliz. Porque en él, yo aprendí un poquito
más a vivir. Porque en él, yo pude sentir desde la cálida caricia, a la lágrima
más fría.
Y al
año que comienza… nada le tengo que decir. Simplemente me presentaré, le daré
fuerte la mano, y con él comenzaré un nuevo camino, en este nuevo caminar.
Me uno a ello.
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