Cambiamos presidente de corte tradicional, capitalista, de
centro derecha (como el mismo se hace tildar) Presidente de corta palabra, de
largo recorte y gran apoyo al capital. Cambiamos porque a los españoles no nos
gusta. No nos gustas; su privatización, su ineficaz política de mejora económica,
sus recortes en campos sociales…
Cambiamos por presidente visionario, revolucionario, socialista
o populista (como él quiere llamarse) Presidente de abundantes palabras,
soberbia labia y gran apoyo populista. Cambiamos
porque a los venezolanos no gusta. No os gusta; su falta de transparencia, su
ineficaz política económica, su falta de libertad, su falsa democracia…
Cambiamos porque son diferentes, incluso diríamos que
opuestos. Uno apoya; al rico, al capital, al empresario… El otro apoya; a la Revolución, al movimiento, al pueblo…
¿Cambiamos? ¿Seguros? Firme aquí mismo. Sin duda, sin marcha atrás. Yo
mismo hago de notario: AFIRMO Y CONFIRMO.
Y os preguntaréis: ¿Por qué este Loco Soñador, nos propone
tal cambio? Porque estoy harto, cansado y disgustado. Ambos son el mascarón de
proa, de un barco llamado; Poder. Intentan salvar su mundo haciéndonos ver, que
ese es el nuestro. Que su lucha, es nuestra lucha. Que su idea, es nuestra
idea. Y que su solución, es nuestra solución.

Pero son mentiras, asquerosas mentiras. Ellos solo quieren
zafar sus culos. Los culos de todos aquellos que son como ellos: Enfermos de
poder. Y es que, enfermos de poder hay muchos. Demasiados y además, están por
todos lados.
Nos incito a quemar banderas, ni mucho menos a derrocar
gobiernos. Pues tras de ellos, habrá otros que ocuparán su lugar. Y al final,
serán como ellos. Sólo os pido que no os queméis en el infierno de la lucha.
Que no os desesperéis con absurdos juegos de poder. ¡Alzaros, luchad por lo que
es vuestro! Sólo por lo que es vuestro. Pero nunca os dejéis llevar por el
nombre, el color o el sentimiento de un absurdo poder. ¡Luchad, nunca os
rindáis! Conseguid lo que es vuestro, lo que es justo. Pero nunca os dejéis
llevar, que nunca os digan que es vuestro. ¡Pensad, actuar! Pero que sea en
vuestro nombre, no en el nombre de un tercero.
Como siempre digo: “El
día que ahogue mis pulmones a gritos. Estos nunca serán por otro que no sea yo.
Porque si alguien merece hasta el último de mis alientos al gritar. Ese, ese
soy yo”.
Nunca defendáis una idea, defenderos a vosotros mismos. Y si
buscáis un cambio. Que no sea un Rajoy, un Maduro… Que sea uno de vosotros, el que encuentre el poder para poder vivir, con dignidad.