Cuando el tiempo
apaga lo vivo.
Cuando lo que latía
yace sin vida.
Cuando el respirar
torna en imposible.
Es el momento, toca
despedida.
Decir de corazón; “adiós”.
Ya no existe otra
expresión.
Ya nada puede expresar tal marca.
Pues nuestros ojos, ya
no se verán.
Pues nuestras
palabras, ya no se cruzarán.
Ahora solo toca esperar.
El reencuentro de dos
almas
En un cielo no tan
lejano.
En donde tú
descansarás.
En donde tú
regalaras.
Todas aquellas
sonrisas
Que tu rostro,
siempre reflejaban.
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